Brighton!

Y de fin de semana saltamos a otro fin de semana (últimamente mis posts solo hablan de los fines de semanas pero esta semana haré una pequeña entrada). Como les había comentado en posts anteriores, este finde tocaba Oxford pero debido a unos cuantos planes imprevistos cambiamos a Brighton, nos llevaría dos horas llegar ahí con guagua de por medio porque no había tren directo pero estando en buena compañía no me importó. Haciendo cuentas entre nosotras eramos 10 y si le sumamos mi novio y dos amigos, eramos 13 personas. Es un poco difícil ir en grupo e intentar visitar todos juntos lo mismo por lo que a la hora de comer nos separamos en tres grupos.

Comenzamos visitando las calles a la vez que buscábamos el camino para llegar a la playa en un sábado muy soleado y mientras atravésabamos las calles cada vez más me recordaba a Camden, todo lleno de tiendas y con mucha gente aunque esta  vez las tiendas eran sobre manualidades o cafeterías/restaurantes. 

Y por fin llegamos a la playa, y ¡vaya sorpresa!, de estar recorriéndome Londres y solo ver edificios y parques por fin estaba en la playa. Las vistas eran impresionantes, si mirabas a la derecha solo veías playa, y si mirabas a la izquierda tenías el Brighton Pier y una noria. Nos acercamos al principio de la playa con la única diferencia es que lo que pisaba no era arena ni rocas, eran piedras del tamañan de una mano, gigantes. Después de sacarnos fotos y reunirnos todos, nos fuimos a comer y luego cada uno se fue por un camino diferente, nosotros decidimos ir al Brigton Pier, es un muelle en el que hay atracciones, varios sitios para comer o incluso sala de juegos dentro, la verdad es que sorprende mucho y a fin de cuentas pasamos un rato agradable mirando las vistas que teníamos a nuestro alrededor. 

Nos reunimos todos en los jardines del Royal Pavilion, un palacio real de estética oriental y muy bonito desde fuera, desde dentro no lo sé porque no pagamos el excesivo precio para verlo. Los que nos habíamos informado sobre las cosas que ver en Brighton sabíamos que por una parte se podía ver toda la trasera del palacio donde tendríamos unas vistas inmensas así que nos dimos una vuelta alrededor y lo encontramos. 

Terminamos lo que quedaba de tarde tomándonos un café en el Pret a Manger (un saludo a Ignacio, el pobre que trabaja ahí 6 días a la semana tuvo que volver incluso cuando libraba), nos quedamos solo los españoles, las demás chicas habían vuelto para sus casas así que fue el momento para echarnos unas cuantas risas y terminamos el día. 

Para mí no fue el mejor fin de semana porque tenía faringitis por lo que no pude hablar mucho, en la siguiente entrada les hablaré de mi peculiar semana.

Nos vemos.